Sinceramente, era de esperar. Apenas tenemos cosas en común,
apenas hablamos. Fue todo extraño, y por qué no, bonito. Todo empezó sin
querer, delante de un espejo, casi sin saber. Pero no hubo ese toque de magia,
de ilusión… No me hizo bien. Quizás ella esperaba otra cosa, no fue como yo
quiso sin duda…